“A veces la gente convierte las cosas sencillas en algo muy complicado"
Hace
un tiempo un amigo me comento que estaba parado en un semáforo y vio cómo
un perro se escondía del calor en un pedazo de sombra; le llamó la
atención que una vez que el perro se acomodó lo miraba fijamente «parecía
que los dos nos quejábamos del calor», me dijo. Las miradas son la complejidad
de lo sencillo." Lo mismo ocurre con el cine de Yasujiro Ozu.
Historias de Tokio
es una película que cuenta la historia de un viejo matrimonio que viaja desde
Onomichi hasta Tokio para visitar a sus hijos, pero descubren que estos no
tienen demasiado tiempo para ellos.
Los detalles cotidianos hacen que el espectador se identifique con el film, ya sea las expectativas que tiene el matrimonio Hirayama de reencontrarse con sus hijos como también las frustraciones, la soledad y el desencuentro.
Las imágenes de la película se construyen de forma natural, esculpiendo al tiempo. La composición de los encuadres, la sensación de profundidad y perspectiva de las escenas son maravillosas.
La película constituye un reflejo de un Tokio post segunda guerra mundial, como la modernidad comienza a prevalecer sobre lo tradicional y se va transformando en una ciudad concebida bajos los cánones económicos occidentales. Podríamos hacer una distinción entre el matrimonio oriundo de Onomichi, una ciudad tradicional cerca del mar, muy diferente a la del Tokio de sus hijos. Es por eso que los ancianos se sientan incómodos en la capital. Sólo les queda los viejos amigos,el sake y algunos recuerdos.
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