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21 Gramos



El alma de todos sólo es el alma de cada uno

Antonio Porchia

 

Las casas en las que vivió mi papá siempre estuvieron atravesadas por la naturaleza. “La soñada”, como le decíamos con mis amigos, era un terreno grande. En el centro las palmeras formaban un círculo, contra el ligustro había un sauce llorón, que las calandrias elegían sus ramas para hacer sus nidos. En la ventana de una de las habitaciones había un nido de Jilgueros. Parafraseando al poeta puntano, Antonio Esteban Agüero, Los pájaros no te invitan al viaje, te invitan a quedarte. Hace unos meses mi papá se mudó por que el dueño la quería vender. En esta otra casa, tiene un jardín más pequeño, pero con una planta de geranios rojos en cada esquina. Por las tardes los colibríes deambulan por la casa. La leyenda guaraní dice que la muerte no es el final de la vida, al morir se abandona el cuerpo en la tierra, pero el alma continúa su existencia. El alma vuela y se oculta en una flor a la espera de un ser mágico que los guíe al paraíso. El fin de Semana vi la película de Alejandro González Iñárritu “21 Gramos” cuenta la historia de tres personajes independiente que se entrecruzan Paul Rivers (Sean Penn) necesita un trasplante de corazón para sobrevivir y su esposa quiere tener un hijo suyo antes de que el fatal desenlace se produzca. Por otro lado, tenemos a Christina Peck (Naomi Wats) que ha superado su trágico pasado gracias a su familia. Y por último está Jack Jordán (Benicio del Toro) que estuvo preso y ahora quiere salir adelante con su familia. Estos personajes van a estar unidos por un trágico accidente. En la película dice que 21 gramos es el peso que perdemos cuando morimos, el peso del alma. ¿Y ustedes saben cuánto pesa un colibrí?

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