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WhatsApp y la economía de la atención

 


¿Hacia dónde se está yendo nuestra escucha? John Cage en una entrevista dijo que el silencio del mundo contemporáneo es el tránsito. El proceso de subjetivación está alterando nuestra escucha. Un ejemplo claro de esto son la posibilidad de reproducir más rápido los audios de WhatsApp. Esto hace que se pierdan los silencios, se pierdan significados, una forma de alterar el espacio acústico en donde el tiempo y el espacio se funden a media que se articulan las palabras, una forma de alterar la respiración del lenguaje . Agustín valle en su libro, Jamás tan cerca dice: “Una voz que no habla, solo pasa información. Una voz que nos respira- ¿No es una forma del horror, una voz que no respira? - Acaso la aceleración de mensajes de voz expresa una pobreza respiratoria de nuestro cuerpo social.”. Cada vez oímos más y escuchamos menos, la distinción es clara: oír es escuchar formas de onda y escuchar es dirigir la atención. La escucha ocurre voluntariamente y se está perdiendo. La filósofa Carmen Pardo Salgado dice “Tanto el silencio del lenguaje como el silencio que se introduce en la música, suele ser una respiración que reclama la atención. Respirar será crear el hueco en el que la atención puede despegarse.” Nos estamos asfixiando lentamente. La lógica del capital financiero exige velocidad y disponibilidad, atenta contra el estado del cuerpo. El capital es un arma mediática que quiere dejar de ocupar el silencio para habitarlo. 

 


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