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Valentìa

 


Hace un año le rezamos a dioses que no conocíamos para que te levantaras. Se nos hacía un nudo en la garganta viendo como el silencio cubría todo tu cuerpo. Te mirábamos las manos, tenías una flor pintada con pétalos blancos y rojo claro. ¿Hay algún otro color que te defina mejor que el rojo? Las cosas no son como las que nos dijeron. Estiramos nuestras manos para acercarnos a vos. El día que te fuiste el sol empezó a descascararse en el piso. Nuestros cuerpos no paraban de sudar, nos quedamos a oscuras amiga. Tuvimos que colgar luces en el cielo para seguir mirando. Nos aferramos al aire. Abrazamos la tierra. Te buscamos en los detalles del mundo. En una hoja que cae. En los árboles deshilachados. Sobre el ruido de nuestros pasos. En el silencio del tiempo. Ya no te buscamos allá arriba, en ese cielo lejano. Ahora te buscamos acá. Salimos a caminar por las calles y nos detenemos en el movimiento de las cosas. Ahí estás amiga. Si. Te podemos ver en los ojos de ese pajarito que nos mira de reojo, en la sonrisa de una flor, en el rojo de la vaquita de san Antonio que baja por la ventana. Si. Ahí estás amiga, ahí estás. Mientras seguimos viendo ahí estarás amiga, ahí estarás.

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